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Cuando las piezas dentales se deterioran o sufren fracturas, suelen restaurarse con empastes de diferentes materiales. En los casos en que el diente se encuentra muy dañado por caries o por traumatismo, en vez de reparar gran parte de la pieza con empaste, las coronas dentales resultan una opción muy efectiva.

Estas son utilizadas también, luego de algunas endedoncias para mantener la pieza dental reforzada.

Las coronas dentales son una especie de funda con un espesor de 1 a 1,8 mm que recubren toda la pieza dental reproduciendo su anatomía original. Habitualmente tienen un núcleo de metal para una mayor resistencia y pueden confeccionarse en materiales como: porcelana, cerámica o resina, metal (oro y plata), zirconio, porcelana y metal.

El procedimiento de colocación de las coronas dentales se realiza en dos sesiones. En la primera, se remueven partes de la pieza dental dañada con el fin de hacer espacio para la colocación. Generalmente se instala una corona provisoria hasta que el laboratorio haya creado la corona dental a medida, que será fijada en la segunda sesión con un adhesivo especial.

Estas fundas son tan resistentes que pueden durar decenas de años y presentan una gran versatilidad ante la necesidad de corregir defectos de tamaño, color y forma.

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